
MANYULA
SIEMPRE SERAS MI ANIMAL PREFERIDO
Esta es la historia de Manyula, que, en el fondo, es la nuestra.La vida de Manyula comienza al otro lado del mundo, en la primavera de 1950, en la selva de Western Ghats, en el extremo oeste de la India, Asia.Nadie sabe con certeza el sitio preciso de su nacimiento, pero según los registros, se especula que la criaturita de 4 patas habría nacido en el mes de abril del año 1950 .A los 3 años de edad es decir todavía siendo un bebe– Manyula fue capturada por comerciantes occidentales de elefantes en India
De todos los animales salvadoreños –incluidos los de dos patas– Manyula es el más grande, el más noble.
Este animal no es un elefante cualquiera, es toda una institución.
Esta es la historia de Manyula, que, en el fondo, es la nuestra.
La vida de Manyula comienza al otro lado del mundo, en la primavera de 1950, en la selva de Western Ghats, en el extremo oeste de la India, Asia.Manyula salió de la jaula desorientada, junto a otras 16 fieras salvajes. Aquella tarde, Manyula fue la estrella del desfile. Era la más joven, pero la más grande de todos.
La raquítica prensa salvadoreña de antaño dio la noticia de su llegada y anunció que el animal había sido recibido entre gritos y aplausos por las autoridades salvadoreñas y los ciudadanos anónimos que se habían acercado a verla.
Manyula llegaba para servir de atractivo en cautividad en un país pobre, desorganizado, sin planificación, …sin futuro.El actual Zoológico Nacional también nació en esta década. Pero el arranque de aquel tibio progreso que nacía en El Salvador en los 50s sería sólo un espejismo. La elefanta Manyula, en realidad, venía a quedarse a un país suicida.Mucho ha llovido desde que Manyunla desembarcó en El Salvador aquella tarde de 1955. Tenía sólo 5 años y desde entonces ese animal ha aprendido a convivir con nosotros, con nuestras miserias, con nuestras luchas, con nuestras frustraciones, en un espacio chiquito y difícil al interior del Zoológico Nacional.
Durante más de medio siglo, Manyula ha aguantado no sé cuántos terremotos, incontables inundaciones, fuertes huracanes, dolorosas masacres nacionales, una sangrienta guerra civil, y, por supuesto, una mala gestión de animales.
Manyula lo ha hecho sola, quiero decir, ese animal no tuvo el apoyo que tienen otros animales. Desde que Manyula llegó a El Salvador no ha vuelto a ver a otro paquidermo y lo más probable es que nunca sepa cómo son los ruidos y costumbres de otros elefantes.
Manyula ya no recuerda cómo era el olor de su madre, el de su abuela, o el de sus tías, las encargadas, según la cultura de los paquidermos, del parto y la educación primaria en los elefantes durante los primeros cinco años.
Manyula se muere sin dejar rastro de su existencia porque Manyula nunca tuvo la oportunidad de intimar con nadie de los de su especie. Esa elefanta ha estado confinada durante 55 años, en solitario, en un medio hostil, donde no hay, ni hubo nunca, otros como ella.
No es que a Manyula se le haya privado de la oportunidad de enamorarse, los elefantes no entiende de amor, solo de afecto y compañía, dos elementos básicos en el mundo elefante que a Manyula se le ha negado, pero que, en efecto, Manyula ha producido para todos los salvadoreños.
“Manyula ha muerto a las 18:00 horas del día martes 21 de septiembre de 2010 y el gobierno salvadoreño debate sobre si Manyula debe tener o no un monumento especial en honor al servicio social prestado al pueblo salvadoreño durante más de 55 años”.